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Todo miembro bautizado y digno tiene derecho y debe recibir una bendición patriarcal, que proporciona dirección inspirada del Señor. Cada bendición patriarcal debe incluir una declaración del linaje de una persona en la casa de Israel. La bendición también contendrá dirección y consejo del Señor, que, si se siguen, brindarán guía, consuelo y protección al destinatario.
La declaración de linaje no está determinada por la raza o nacionalidad de una persona. Debido a que Israel estaba esparcido entre todas las naciones de la tierra, los de Israel se encuentran en la mayoría de las razas y nacionalidades. El presidente Oaks declaró: "Al declarar el linaje, el patriarca identifica la tribu de Israel a través de la cual la persona recibirá sus bendiciones". Continúa: "Debido a que las tribus de Israel se han mezclado entre sí, la mayoría de la gente es de linaje mixto. Incluso los miembros de una familia pueden ser de linaje mixto, y ocasionalmente los hijos de los mismos padres reciben bendiciones patriarcales que declaran que su linaje es de diferentes tribus... Esta declaración se refiere al gobierno del reino de Dios, no a la naturaleza de la sangre o la composición de los genes de la persona que está siendo bendecida".
Después de recibir una bendición patriarcal, debe leerla con oración y frecuencia. Contiene bendiciones e instrucciones prometidas por el Señor, quien conoce nuestras fortalezas, nuestras debilidades y nuestro potencial eterno. Las bendiciones prometidas se realizarán siguiendo el consejo recibido. Si bien una bendición patriarcal contiene consejos y promesas inspiradas, no se debe esperar que responda todas las preguntas de quien la recibe ni detalla todo lo que sucederá en su vida. Si la bendición no menciona un evento importante, como una misión de tiempo completo o un matrimonio, la persona no debe asumir que no recibirá esa oportunidad. De manera similar, el destinatario no debe asumir que todo lo mencionado en la bendición se cumplirá en esta vida. Una bendición patriarcal es eterna y sus promesas pueden extenderse más allá de esta vida mortal. Cada bendición prometida se realizará según los tiempos del Señor y según nuestra fidelidad. Las bendiciones patriarcales deben seguir siendo sagradas y personales. Ninguna bendición debe compartirse abiertamente ni compararse con otros. Aquellos que reciben una bendición patriarcal y luego atesoran, reflexionan y se esfuerzan por vivir dignos de las bendiciones prometidas, obtendrán bendiciones espirituales y temporales durante esta vida y en la vida venidera.